El cartón se desborda por el río. La foto que plantea la duda. ¿Lograremos el alcance donde coinciden todas las distancias?
¿Seremos los mismos? ¿Grabaremos el momento en que se pulsa, se piensa y se intenta? Insensatez de algunos de creer o sentirse cuando no se dice nada. Pero ya conocemos todos estos caminos y todos se parecen. Dejaremos la ruta para luego, ni acordarse.
Y son esas curiosas estas cobardes, pero practicas, formas de limpiar. Por que lo que no se usa, se va solo, sin necesidad de desgaste. Ya no quiero estos giros. Ya no quiero enmascarar las vísceras que prometen el oeste y el este. Ya no quiero el misterioso deambular que recorren los negros pájaros que adornan la higuera.
¿Te recompensara el viento cuando ya no lo imagines? ¿Te convencerá el hojear idiota de correr por aquí y por allá?
Asfalto en delirio por la muerte de las verdes señales que avisan la curva. Por que nada de mí se pidió, solo se dijo. Por que nada se espero. Macedonia no más.-
Y seguirá retratando sus ojos chuecos.-