Hoy descarto la instancia que me lleva a todos los vacíos.
Establezco el itinerario de la ruta a la vacante inconstante. La perpleja sensación de abrir el cajón de torbellinos y encontrar los tiernos conejos que guardaste en el imaginativo del ocaso.
Esa larga escena donde todo se iba al sur, o al norte, según se mire. Lamento decir que esta brújula no obedece los usos y horarios, pero te dejo este borrador del deletreo de las soledades que juntas, comen pan caliente y té a medio servir.
Me alejo de la risa tonta de celebrar tus pies descalzos, tus visitas a los hielos y al simulacro de tu pelo corto. Por que mi pasado y tu pasado ya no dialogan hirviendo el presente, portando las temperas de una historia que no fue. Tú estas en una esquina adiestrando cocodrilos con los dientes. Y mi yo, con minúsculas, eleva palomas en desacierto. Buscando la perspectiva geométrica inútil, por que como se dijo, estas soledades asimétricas no son pieza de Lego.
Y eso es todo.