domingo, 17 de septiembre de 2023

Geometría del desacierto

Vivo en esta plaga de débiles formas. El intransitable deambular a la limitada alfombra de tus recuerdos, se vuelve y me golpea. Abre las ventanas de esta tinta negra y el archivo invisible de esta incumplida promesa expande esta verde mancha.

Y esta suerte no escogida, más estas insistentes flores en tú bando y la suma inscrita al club de los verdes pájaros, que cantan tempera y escape en el funeral del delirio de estas letras. Son la diapositiva constante de la imagen mal impresa de mis miedos, ansiedades y deseos reprimidos. Puedes levantar la rama del triunfo en eso.

A tientas me aferro a una luz que no tiene túnel y el abrazo que se imagina en este blanco canto de girasoles. Me rindo a la rabia de entender que cambiar es mas lento de lo que se pensaba. Y es posible, que ya no llegue a ese baile con tu encargo. La fruta y los tornillos de mi bolso se pudren y oxidan. En mi camino por las calles, soy yo el que huele raro.

Ya no quiero el vicio de la culpa y el emblema coronado de este fotograma en bucle. El giro latente y la carrera de la circunferencia que pasa por ti y ese pasillo de ambulantes con electrónica barata y desechable.

¿Puede que ya no quede sol, lamparas y cables USB para cuando el pétalo mire estos colores?

Si aun tengo estas hojas blancas, para el pétalo reservado de tu pared cruda y sin sonido. Y si no me he cansado de alojar hormigas contestarías para tu alegato sobre una línea del tren.

Ven y trae los símbolos que quedan en el campamento de tus uñas. Hay un pequeño susurro gris y ese viscoso aceite de los álamos que habitan en espiral al frente de tu casa.

Hoy arrojare tierra sobre mi cabeza. Si tengo suerte, puede que salgan flores.





martes, 12 de septiembre de 2023

Y este es el último poema

 Saber pedir, saber buscar, saber esperar. Encontrarse en la dicotomía del desencuentro y encontrarse de golpe con este tiempo lineal e inabarcable para la espera de este rescate que solo llegara y todos tenemos ticket de entrada.

Y la fuga del sol y el viento que todo lo juzga y perdona al hermano y hermana que ignoraba nuestro cariño. Sentimiento que no implica marcas de titularidad.

Vueltas, vuelas, leñas, construcciones en busca del signo que todo lo habita. Búsqueda del continente que ayuna todos ocasos.

Búsqueda del pueblo que llama a todas la puertas, recibe la piedra blanca que tienen es sus bolsos y convive en la harina de salares. Porción oscura de un pan que quite las entrañas del hambre, ruego ceniza en los cabellos de la tierra.

Arriendo deshabitado en un pecho donde todos los nudos proceden del mismo origen, del mismo barro, de la misma piel.

¿Qué sabes? ¿Qué sientes? ¿Qué aguardas?

La llave solo existe si muestras tu cerradura, pero tu frontera de eclécticos lenguajes. Solo limita la mano del que todo lo provoca, no por que no pueda, si no, por que se necesita que tengas el mérito y basta de fosilizar las entrañas del tiempo, basta de incorporar cementerios a la garganta de esos que sangran, en ese mismo disfraz de lluvia y hervideros de comida.

Sentémonos en la misma mesa que todo lo comparte. Toma la mano y ven, solo sale. Veamos el árbol, con su destello y la primera luz. Que supera la medida espacio, tiempo y solo hay paz, solo hay paz.


viernes, 8 de septiembre de 2023

No se nadar entre los avisos

 

¿Recordaras aun el destello lejano de divide el tiempo y el recuerdo?

¿Aún veras al guardián que precede de la llave que solo se abre en nuestra presencia y que si agitas las manos tú latir no será suficiente?

Resúmenes para los que esperan la transformación presente del plano nivelado en el cual convives. Es por ello y lo otro que la atadura de uñas y venas no nos acontece.-

Tú me hablas de recuerdos y latires en ausencia de pecho para reflejar la miseria de todos en el otro. Buscar el refugio que permita flotar sobre la hojarasca de nubes que se nos aproximan para hablar del vivir y el sentir, ya que la costra del amor es un estandarte que marca  a todos.

Y este miedo a ese olvido, a la ansiedad posible de un fin. Todo termina en la medida en que esta flor constante en sus dialectos que conoce la fecha de esta muerte y el destino de mi semilla invisible.

¿Buscar el designio? ¿El pasaje que nos lleve al rescate de ese estado sin frutos, la salida aquella parcela de arena?

La seguridad que nace de la pregunta que no se contesta o si se contesta no estoy listo para ella. A veces siento que nunca estuve para ti. ¿Qué tan abiertos están los horizontes para que el alba no te enceguezca? ¿Iras en busca de las cimas, iras en busca de las patrias, de las gentes, de los Padres y Madres?

¿Esperas que estén ahí, en uno, igual a tú? No pienso en esta pregunta incontestable, pero si pienso en qué si aun estas ahí.

No tengo las señales, y la Bip no me carga.