Buscaremos la caída. La
Pasearemos cabizbajos olvidando la huellas, sembrando la costra que multiplique todas las sangres, que decodifique todas las pieles, todos los mestizajes, todos los saludos a distancia y los no tanto.
Moveremos la tapa del antiguo ataúd que cubre tus senos. Ya gemirás conmigo el cascaron que nada perdona. Dibujaremos el defecto congénito de las raíces de tu árbol y bailaras abrazada a mi, imaginando gardenias.
¿Hacia donde viajan?
Rasparas tu piel contra la piedra buscando la misma hegemonía que buscan la aves que paren calcio, carne y fluido. Comerás la reserva de los arboles y la hoja que permuta el color del cielo. Dibujaras la ciudad olvidable, húmeda y perpetua habitada de gigantes de largos cabellos.
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