Me mantendré agachado esperando el permiso de la
piedra. Vamos hacer cuerpo la última vigencia que nos emita el suspiro del viento.
Juntos compartiremos la vieja promesa que sopla el tiempo. Remojaremos el pan y
volveremos la espada al fuego. Rozaremos la alcancía celosa del sol. Apretados,
miedosos, llorosos de honestidad sin factura. Esperaremos la venida del ángel
que nos recuerda, que nos vio caer y subir tu escalera de infinitos. Y ya no será
necesario el temer, ya que el presente será por primera vez presente. Cuando todo
el tiempo vuelva a las esfera donde nacen todas las longitudes, mediremos la
misma 5ta parte de costales. Vibraremos, sudaremos, lloraremos, pero todo será
por primera vez. Una real sin esconderse. Como hermanos de la misma semilla. Y tú
estarás y yo estaré y estaremos todos, todos, porque aquí el tiempo y los hijos
ciegos del calendario aun no acontecen. El aquí, que será el ahora, el ayer y
el pasado mañana, comerán pasteles que el mismo ángel preparara. Y dará lo mismo... de verdad que dará lo mismo. Ya no quiero esperarte...prefiero
prepararme. Ven.-
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