lunes, 12 de septiembre de 2022

NIÑOAGUA

 

Pilotaje de aguas. victoria enardecida de protocolos a la memoria antigua y delgadas invitaciones que resuenan en las sábanas. Las experiencias carcomen y forjan el hueso que mantiene la curva, que en placentera culpabilidad se arrulla bajo los piernas. Placentera epidemia que vuelve y agita y vuelve y agita.-

-       ¿Qué será? -

Un vértigo sin tilde que se cuelga de las paredes, en los empapelados, en la yuta del karma que todo detiene, compra, subyuga. Apoderándose de la humareda rabia verde que nos convoca para dejar de ser joven, cambiando la nominación y el rotulo, que en advertencia y habladurías que atrapan y te hablo, te hablo, te hablo, y confundo, te enredo, tropiezo, dale otra vez... solo anotaciones solo anotaciones. Rayando en el agua, que te imagina riendo. Abrazado al poema que todo lo completa. Extraña ocurrencia palpitante de los plástico semen y tos.

No habrá corriente esta noche en nuestras calles, no habrá torrentes tibios en nuestros baños. No habrá hallullas con mortadela el domingo. No habrá residencias de frutos secos bajo el catre. Viviremos imaginando el huerto que se dibuja de la leña, pensando en finales absurdos para la  sonata del otoño. Viviremos el imaginario cósmico que adultera el sello de emociones militantes. Bailaremos ajenos al contacto marital y esas cosas que cursimente creo. Prenderemos inciensos eternos, que desgastan la brújula del olfato de perros, gatos vagabundos. Fusionando elementos y cuerdas de guitarra. Viviremos invitando a todos, al viejo cerro, donde aún crecen las moras sin miedo a ser devoradas.

Por ahora sigue empujando.

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