El crepitar invisible del fracaso nos ronda.
El miedo facturado al acorde que precede al desastre natural
de tus labios pegados en la corteza de ese bosque de amaneceres
Maldito pánico fortuito de sentirse impropio
al código inactivo que me da acceso al cajón de tu cabeza.
Tiritamos casi pálidos ante el sucio tazón de té a medio servir en el living.
Mientras recostado esperando tu cántico ininteligible
Asociando de a poco con ficticios bosquejos a los pájaros y las gigantes gaviotas
que emigran a la ultima nota de la playa.
Entre piedras nos quedaremos, descascarando ágatas y
pretenciosas plantas que gritan tu nombre.
No me prestes el envase que sobra de tu patio,
ni me vendas trocitos de lustrosas plumas
para el invierno.
Te prefiero yerba, te prefiero sal, te prefiero relato,
caldo de caracolitos y tiernas sopas en
esta taza que tantas aguas a albergado.
No me des despedidas, dame recuerdos
No me des caricias, dame silencios
No me des las entrañas, me basta con la piel y este frio plato de arroz
Vete en paz al circulo obsoleto que llamas frontera
Vete rígida al mineral inescrutable que conserva la primera carne de tus huesos
Vete pura en simulacro de panales, costras y otras leyendas
Vuélvete luz en este ocaso de pétalos y borrachos en sillas de ruedas.
Gira siendo letra que aborde todas las contraseñas,
Has que el pequeño trozo
que me recuerda que estoy
es paramo en silencio en la plaza que todos visitan en el mar.-
Time
miércoles, 15 de octubre de 2014
lunes, 13 de octubre de 2014
RITO
Alíneate en mi.
Concédeme el paso nocturno que plaga
esta noche de vísceras y violentos pájaros.
Concédeme el dedo que traspase la llaga de este telar de estrellas
y así, para cuando el cachorro de la tarde ladre
en apoyo a nuestra causa.
Los gatos cachondos de tu techo en el acto
sonreirán puliendo tus rojos zapatos y las raíces que adornan tus pies.
Yo, rezongando y de a poco, desenhebre mi bigote de hojarascas sintonizando mi pestañeo con tu hilarante forma de dibujar senderos a las aguas.
Y evitaremos adelantaremos a la corriente de peces que precede la huida de la tarde.
Habitaremos incapaces y muertos de la risa en esta morada de hojas, cadáveres
del otoño y el verde elixir que fluye de tu boca.
Sembraremos larvas y pequeñas mariposas entre tu sien y tu frente. Reirás blanca
ante el calcinado florero que hay ante la mesa.
Garabatearas finalmente el cardumen de astillas e insectos
que tanto cantaste en la pared futura del cerro.
Recogerás entre tus rodillas el hierro que aun no es hierro en una montaña lejana
por allá en el norte desconocido de tu brújula.
Dormirás con tu mano sobre mi cabeza, haciendo de arquitecta
y diseñadora de barcos y naufragios de papel
entre mis oníricas visiones y releídas de guion.
Alinea-me en ti. Regálame este escalón de dificultades y rojizas frutas
suicidas reventando en el patio trasero
para, que desde ahí,
en el aire y el desaire de estas ficticias escenas domesticas
recojamos juntos
el fruto inútil del árbol que
siempre esta pariendo helicópteros.
Concédeme el paso nocturno que plaga
esta noche de vísceras y violentos pájaros.
Concédeme el dedo que traspase la llaga de este telar de estrellas
y así, para cuando el cachorro de la tarde ladre
en apoyo a nuestra causa.
Los gatos cachondos de tu techo en el acto
sonreirán puliendo tus rojos zapatos y las raíces que adornan tus pies.
Yo, rezongando y de a poco, desenhebre mi bigote de hojarascas sintonizando mi pestañeo con tu hilarante forma de dibujar senderos a las aguas.
Y evitaremos adelantaremos a la corriente de peces que precede la huida de la tarde.
Habitaremos incapaces y muertos de la risa en esta morada de hojas, cadáveres
del otoño y el verde elixir que fluye de tu boca.
Sembraremos larvas y pequeñas mariposas entre tu sien y tu frente. Reirás blanca
ante el calcinado florero que hay ante la mesa.
Garabatearas finalmente el cardumen de astillas e insectos
que tanto cantaste en la pared futura del cerro.
Recogerás entre tus rodillas el hierro que aun no es hierro en una montaña lejana
por allá en el norte desconocido de tu brújula.
Dormirás con tu mano sobre mi cabeza, haciendo de arquitecta
y diseñadora de barcos y naufragios de papel
entre mis oníricas visiones y releídas de guion.
Alinea-me en ti. Regálame este escalón de dificultades y rojizas frutas
suicidas reventando en el patio trasero
para, que desde ahí,
en el aire y el desaire de estas ficticias escenas domesticas
recojamos juntos
el fruto inútil del árbol que
siempre esta pariendo helicópteros.
domingo, 12 de octubre de 2014
YESO
Por que las palabras no bastan, las venas no bastan,
las cálidas salidas de contexto no bastan...
por que si de clandestinos e íntimos roces de médula bajo la mesa,
trazamos un silbido a la amarga pradera que vistió el viento hace ya cuantos...
conservare en este espacio, nuestro pequeño espacio,
el tesoro en que el atardecer y tus colores simularon ser míos.
Y te resonare mientras caminas la vereda vacía imaginando
histrionicos letreros de micro y coitos de gatos sobre tu techo.
Por que en el lenguaje mudo que sostiene este puente
de inactivas verdades e inexpresables situaciones.
Te registro en esta lucha de sangres y brazos que juntos elevan volantines al cielo
Llévame, pero cierra el pestillo tras de ti, no por que no nos sirva y
no entiendas estos silabarios de bosques rotos y niñas arrojando su pelo al mar,
sino mas bien por que lo que quiero es que el traidor que nos galopa
en las costillas no nos quite el placer de ver nuestras frutas
caer en sincronía al suelo.
Así que de momento, cierra el engranaje que amplifica
el movimiento de mis dedos tratando de alcanzarte el pelo
en el sepelio y condena de nuestras aves fugaces.-
Porqué entre saber si mejor refugiarse y guarecerse tibio a la
espera del tren que todo lo transporta
multiplicare el vapor y el eco de las voces al destiempo en
esta montaña visible hasta para el más incrédulo.-
Y desde ahí me elevare para gritarte colores que traducen tus dibujos al tornado infinito.
Quédate, sobrevive-me... pero antes que todo, cosecha el fruto ajeno de mi frente,
antes que la tempestad del salar obsoleto
caduque mis deudas.-
Padezcamos juntos antes que el brío que oculta las costras de tus rodillas
te lleven tan lejos que ni yo, ni tu y los que nos observan
adviertan que no nos queda tanto.
(...)
las cálidas salidas de contexto no bastan...
por que si de clandestinos e íntimos roces de médula bajo la mesa,
trazamos un silbido a la amarga pradera que vistió el viento hace ya cuantos...
conservare en este espacio, nuestro pequeño espacio,
el tesoro en que el atardecer y tus colores simularon ser míos.
Y te resonare mientras caminas la vereda vacía imaginando
histrionicos letreros de micro y coitos de gatos sobre tu techo.
Por que en el lenguaje mudo que sostiene este puente
de inactivas verdades e inexpresables situaciones.
Te registro en esta lucha de sangres y brazos que juntos elevan volantines al cielo
Llévame, pero cierra el pestillo tras de ti, no por que no nos sirva y
no entiendas estos silabarios de bosques rotos y niñas arrojando su pelo al mar,
sino mas bien por que lo que quiero es que el traidor que nos galopa
en las costillas no nos quite el placer de ver nuestras frutas
caer en sincronía al suelo.
Así que de momento, cierra el engranaje que amplifica
el movimiento de mis dedos tratando de alcanzarte el pelo
en el sepelio y condena de nuestras aves fugaces.-
Porqué entre saber si mejor refugiarse y guarecerse tibio a la
espera del tren que todo lo transporta
multiplicare el vapor y el eco de las voces al destiempo en
esta montaña visible hasta para el más incrédulo.-
Y desde ahí me elevare para gritarte colores que traducen tus dibujos al tornado infinito.
Quédate, sobrevive-me... pero antes que todo, cosecha el fruto ajeno de mi frente,
antes que la tempestad del salar obsoleto
caduque mis deudas.-
Padezcamos juntos antes que el brío que oculta las costras de tus rodillas
te lleven tan lejos que ni yo, ni tu y los que nos observan
adviertan que no nos queda tanto.
(...)
M
Me sobran las entrañas, me sobran los pasos
la perplejidad es la obvia perdida a la que inscribo
mis manos, mis torrentes y mis ínfimas monedas calcinadas al olvido.
Te veo, pero no te dibujo una mirada ni un gesto o un aleteo de cantos y
letras que en nada quedan.
Solo te veo...
como el polvo ve al ave que sobrevuela
madrugadora en la superficie de este desierto perpetuo y lleno de eclipses.
Y si es que abandone al giro e inesperadamente este suelo.
Bríndame al pecho clausurado, mientras vigilantes esperamos este
plato de tinieblas que nunca se acaba.
Perforando este miedo, tonto y perplejo a desencontrarnos,
mientras hacemos la fila del pan.-
la perplejidad es la obvia perdida a la que inscribo
mis manos, mis torrentes y mis ínfimas monedas calcinadas al olvido.
Te veo, pero no te dibujo una mirada ni un gesto o un aleteo de cantos y
letras que en nada quedan.
Solo te veo...
como el polvo ve al ave que sobrevuela
madrugadora en la superficie de este desierto perpetuo y lleno de eclipses.
Y si es que abandone al giro e inesperadamente este suelo.
Bríndame al pecho clausurado, mientras vigilantes esperamos este
plato de tinieblas que nunca se acaba.
Perforando este miedo, tonto y perplejo a desencontrarnos,
mientras hacemos la fila del pan.-
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