Por que las palabras no bastan, las venas no bastan,
las cálidas salidas de contexto no bastan...
por que si de clandestinos e íntimos roces de médula bajo la mesa,
trazamos un silbido a la amarga pradera que vistió el viento hace ya cuantos...
conservare en este espacio, nuestro pequeño espacio,
el tesoro en que el atardecer y tus colores simularon ser míos.
Y te resonare mientras caminas la vereda vacía imaginando
histrionicos letreros de micro y coitos de gatos sobre tu techo.
Por que en el lenguaje mudo que sostiene este puente
de inactivas verdades e inexpresables situaciones.
Te registro en esta lucha de sangres y brazos que juntos elevan volantines al cielo
Llévame, pero cierra el pestillo tras de ti, no por que no nos sirva y
no entiendas estos silabarios de bosques rotos y niñas arrojando su pelo al mar,
sino mas bien por que lo que quiero es que el traidor que nos galopa
en las costillas no nos quite el placer de ver nuestras frutas
caer en sincronía al suelo.
Así que de momento, cierra el engranaje que amplifica
el movimiento de mis dedos tratando de alcanzarte el pelo
en el sepelio y condena de nuestras aves fugaces.-
Porqué entre saber si mejor refugiarse y guarecerse tibio a la
espera del tren que todo lo transporta
multiplicare el vapor y el eco de las voces al destiempo en
esta montaña visible hasta para el más incrédulo.-
Y desde ahí me elevare para gritarte colores que traducen tus dibujos al tornado infinito.
Quédate, sobrevive-me... pero antes que todo, cosecha el fruto ajeno de mi frente,
antes que la tempestad del salar obsoleto
caduque mis deudas.-
Padezcamos juntos antes que el brío que oculta las costras de tus rodillas
te lleven tan lejos que ni yo, ni tu y los que nos observan
adviertan que no nos queda tanto.
(...)
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