El crepitar invisible del fracaso nos ronda.
El miedo facturado al acorde que precede al desastre natural
de tus labios pegados en la corteza de ese bosque de amaneceres
Maldito pánico fortuito de sentirse impropio
al código inactivo que me da acceso al cajón de tu cabeza.
Tiritamos casi pálidos ante el sucio tazón de té a medio servir en el living.
Mientras recostado esperando tu cántico ininteligible
Asociando de a poco con ficticios bosquejos a los pájaros y las gigantes gaviotas
que emigran a la ultima nota de la playa.
Entre piedras nos quedaremos, descascarando ágatas y
pretenciosas plantas que gritan tu nombre.
No me prestes el envase que sobra de tu patio,
ni me vendas trocitos de lustrosas plumas
para el invierno.
Te prefiero yerba, te prefiero sal, te prefiero relato,
caldo de caracolitos y tiernas sopas en
esta taza que tantas aguas a albergado.
No me des despedidas, dame recuerdos
No me des caricias, dame silencios
No me des las entrañas, me basta con la piel y este frio plato de arroz
Vete en paz al circulo obsoleto que llamas frontera
Vete rígida al mineral inescrutable que conserva la primera carne de tus huesos
Vete pura en simulacro de panales, costras y otras leyendas
Vuélvete luz en este ocaso de pétalos y borrachos en sillas de ruedas.
Gira siendo letra que aborde todas las contraseñas,
Has que el pequeño trozo
que me recuerda que estoy
es paramo en silencio en la plaza que todos visitan en el mar.-
Time
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