Corónate ¿Qué importa?
Puedes llevarte la sangre, las leyes, los gatos, los
cactus, el diario.
No importa. Corónate y sujétate las venas, por que poca cuerda le queda a tu carretera de colmenas, agrias verdes, irónicamente bien hechas.
No importa. Corónate. Y si quieres puedes batir tu corona a punta de pezones y almas convertidas en aves. A punta de de caravanas de niños que gimen y ríen y cantan tus aletargadas oraciones con olor a camisa y ropa húmeda al lado de un mal fuego.
Extinto humeante, doliente cegante.
No importa Corónate.
Y si, llénate la boca con toda la bien fluida carretera de elevaciones y vapores astrales prediluvianas.
Si llénate la boca a punto de neuróticos visionarios, locos en la prosa incesante del no recuerdo - visión del futuro.
Goza sabiendo que sujetos al prisma delgado de dejar y soltar lo que no se escoge se anhela. Compartiendo el humo de boca en boca hasta la amnesia, hasta el principio paragua de la alquimia de tierras y seres y flores que consumen tu ya, vieja greda de salares.
No importa. Corónate.
No hay comentarios:
Publicar un comentario