miércoles, 24 de septiembre de 2025
¿Perdi las piezas que nunca me faltaron?
miércoles, 17 de septiembre de 2025
La Pérdida póstuma contra todos los Miedos
lunes, 15 de septiembre de 2025
El Arquitecto de la Miseria
viernes, 12 de septiembre de 2025
En ti residen todos los escritos y versos mudos
Volviste a visitar los viejos lugares. Volviste a mirar la ventana que profetizaste cerrar.
Volviste para dejar tu intenso aroma a cloro, lavazas y estridentes poemas no escritos. Volviste evitando parir letras nuevamente o conjeturo que sigues recordando otros inviernos de poca luz en transito y pavimento de nuevas hojas.
Volviste por que en ti inciden todos los símbolos y muñecos de madera abandonados en plazas. Volviste por que en ti no existen las sincronías mal llamadas casualidades.
Volviste por que en ti residen todos los escritos y versos mudos. Volviste por que sea como sea cargas con largos diálogos y celulosas. Son tu herencia, no necesitas actualizar por que estoy seguro de que estas tremendamente vigente.
Volviste por que siempre fuiste mujer que yo no supe entender, no comprendí los verdes gestos e innominables atardeceres celestes. Solo fui espectador torpe, que a pesar de que se cumplieron todas tus predicciones sigue llevándote.
Volviste y te debo contar que nunca pronuncie tu nombre como pediste, solo lo traduje a idiomas desconocidos que se escriben con tinta invisible. Busque incansablemente los cabellos que arrojaste al mar y me abandone en una cita inconclusa cebando mate y comiendo frutos secos en ese parque que ambos sabemos.
Volviste sin costras en tus rodillas, ni lunares ni cabellos lila. ¿Tu risa aun mantendrá su escandalo que genera mariposas y resucita a los difuntos errantes?
Volviste y tu estética ceniza me incita a vomitar corazones...
¿Volviste?
lunes, 1 de septiembre de 2025
Elegida Inelegible
Mi viento no chocara con tu viento. Violento testimonio de tormentas que no ocurrirán pero que se buscan. Besos de acuarelas que borrara esta lluvia que aun no ocurre.
Me quedare con la boleta de garantías a la mordedura de tus frutos de plata, tu dulce cintura de páramo y la fallida excursión al asterisco que todo lo desea y contiene.
Y aunque tal vez en esta noche nublada te pierda de vista en estas espesas arenas. No puedo dejar de dibujarte estelas con mi farol de libélulas, tratando de encontrar y desdoblar este destiempo. Buscando el momento antes que todo te ocurra, antes que todo nos llegue. Y finalmente me deberé entregar a la condena que silencia nuestros diálogos. La condena que me exilia de tus valles y el habitar que tanto deseo en ti.
Nunca podre aprender ha amortiguar frases, ni hacer fintas a las abejas del jardín que con esmero cuidas. Tampoco me enseñaras ha relacionarme en planos silenciosos o escenas posibles tomando el ardiente té de tu vientre.
No conoceré nunca la peligrosa forma de corromperse y que solo se escribe en esta lectura caliente e imaginativa. Premisa del agónico y largo suspiro que precede a esta muerte.
Solo me queda la residencia en la geometría de lo inelegible.