La flor sabe, busca su terreno mientras sobrevuela, contenida en esfera donde tejer su ramal de espejo raíz. Sabe que en forma de equilibrio debe dibujarse, bajo la tela palpable del color de los tiempos y acuarelas. Sabe que sus posibles hojas, se convertirán en posibles colores que adornen y combinen con el vestido imaginario de una flaca de hermosa espalda y estación.
Conoce que en el deambular de vientos que la guían y vieron nacer en zambullida calipso la adornada de bufandas de aire. Solo visibles por el milagro-milagroso de respirar lo mismo que respira ella y comparten tantos otros, entre bostezos y agua-mate, la corajuda palmada de escribir y escribir para darse por presente-viviente-consciente.
¿Y si vienes, tomas todas las llaves y las viejas costras que guardas bajo tu almohada? ¿Vienes y suspiras con nosotros ese suspiro largo que viene del patio donde nació la primera planta, si la misma que fue testigo de nuestra ruina, la misma que fue testigo de la primera derrota?
Pero no te desanimes... acá en este futuro posible, ya no existen las derrotas. Acá los que residen bajo tus pies, aun colorean libros y sortean con piedras como van a turnarse para ir a comprar pan. Acá aun no nace el desconcierto de no saber si lo que no se vivió era mejor. Acá aun no se apura el cielo para mostrarnos su orquesta al alba. Ven.... Sembremos.
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